El insomnio primario se diagnostica cuando una persona experimenta dificultades para conciliar el sueño, mantenerlo o no disfruta de un descanso reparador. Estas dificultades persisten durante más de un mes y afectan negativamente áreas como el trabajo, los estudios o la vida familiar.
Tipos de Insomnio
- Insomnio Transitorio o Intermitente: Este tipo de insomnio dura solo unos días y, a menudo, no requiere tratamiento. Por ejemplo, el insomnio causado por el desfase horario en vuelos intercontinentales o los primeros días en una nueva residencia suele desaparecer por sí solo, siempre que no haya enfermedades subyacentes o causas psicológicas que interfieran con el descanso.
- Insomnio Crónico: Cuando el insomnio se prolonga en el tiempo, se consideran dos enfoques principales para su tratamiento:
- Medicación (Hipnóticos): Se emplean fármacos en dosis mínimas y durante periodos breves para aliviar la falta inicial de sueño. Sin embargo, es importante tener en cuenta que puede producirse un «insomnio de rebote» tras la interrupción brusca de la medicación.
- Tratamiento Psicológico Cognitivo-Conductual: Este enfoque se considera más eficaz para el insomnio crónico. Mediante un análisis funcional, se identifican las causas individuales que llevan a la persona a una activación intensa del organismo (nerviosismo) que provoca el insomnio. A menudo, esto es consecuencia de problemáticas no resueltas adecuadamente debido a la falta de habilidades para manejar conflictos.
Recomendaciones para el Tratamiento del Insomnio
- Evaluación Médica: Antes de iniciar cualquier tratamiento, es fundamental descartar problemas médicos que puedan estar causando el insomnio.
- Consideración de la Medicación: Si se opta por el uso de hipnóticos, deben pautarse en dosis mínimas y durante periodos cortos. Es crucial estar atento a la posibilidad de insomnio de rebote tras la suspensión de la medicación.
- Terapia Cognitivo-Conductual: Este tratamiento psicológico proporciona a las personas recursos para abordar sus problemas de manera más adaptativa, facilitando que el sueño se produzca de forma natural sin necesidad de fármacos.
En resumen, aunque el insomnio transitorio generalmente no requiere intervención y tiende a resolverse en pocos días, el insomnio crónico se beneficia más de un enfoque psicológico cognitivo-conductual que aborda las causas subyacentes y promueve hábitos de sueño saludables.